2.9.11

Valencia, la paella y la "xufa"

Las hormigas de mi ventana... antes de comenzar mi post sobre Valencia. O bueno mi infografía, porque tengo estos post de viaje atrasados desde Marzo, ya hace 5 meses que vinieron mis Padres y Hermano de visita, y se me están olvidando las ideas sobre los viajes, los detalles.

Decía de las hormigas de mi ventana, hace unos días me acordé de cuando tenía hormigas en la ventana. Sí, suena raro, pero es literal. Tenía como 13 años, ¿o poco más?, y en mi ventana había un pequeño huequito hacia la calle, por él entraba todas las noches una fila interminable de guiones negros, uno tras otro hasta formar una línea por toda la pared; llegaban hasta la alfombra, tomaban el azúcar o galleta, que yo amablemente había dejado esa tarde y rehacían una línea vertical para volver por su agujero... lástima un día Madre las encontró y sin dudarlo, terminó en unos segundos con mi divertido abecedario con patas, claro no sin regaño de por medio y recibí, de paso, un clásico y tierno en mi caso "estás loca"...

Ahora sí, después de las hormigas en la ventana vamos a Valencia, que comenzó a verse por la ventana del coche al pasar de Barcelona a Tarragona y unos largos minutos después. como datos culturales, nos hospedamos en el NH Ciudad de Valencia, un poco lejos del centro, pero bien ubicado. Nos recomendaron un restaurante, que estuvo bastante bien, en calle Islas Canarias, justo detrás de la calle del hotel, el restaurante del mismo nombre "Islas Canarias" (ver abajo comida).

La Catedral de Valencia, aunque su fachada
 no aparenta ser así de grande, lo es. Y es muy, muy bonita.

Nos tocaron las Fallas, justo pasaba el Carnaval,
 estas imágenes desaparecen en el fuego.

Ese viaje de inicios de marzo fue el de la lluvia, el de la nieve,
 el que disfrutamos. Aún con lluvia Valencia me  encantó,
sus calles son muy "caminables".

No podría faltar la comida, la paella valenciana (es un poco seca para mí),
 los caracoles deliciosos (no chiclosos),
 las "tostas" o "tostadas" muy españolas con su aceite de oliva
 y su jitomate triturado con o sin ajo.

Más de las Fallas... curiositas ¿no?

El otro lado de Valencia, La Ciudad de las Artes con su Oceanográphic.
 Me gustan sus líneas...

¿No son hermosos? La entrada no es nada barata
 y si no se tiene mucho tiempo, aun así en un día puede verse completa, pero con prisa.

Vale la pena comprar los boletos antes, porque aunque
 no había demasiada gente, era entre semana,
marzo y llovía, había fila.
Yo nunca toco a los animalitos,
pero ¡nadie les ha dicho a ellos que no me toquen a mí!
Se quería comer mi zapato, pero me fascina su naranjoso color.

¿Alguien quiere una horchatita? Perdón, ¿una Xufita valenciana?
La encuentran por 3€ vaso grande, justo al salir del Oceanographic.
Ahí las semillas de ejemplo.

El museo de las ciencias, lo que lo destaca es su arquitectura,
 esas olas me recuerdan al mar, a Gaudí.
Por dentro varias cositas destacables,
pero recuerda al "Museo del niño" y otros.

Definitivamente vale la pena.
Y el contraste tiene su encanto entre el clásico centro histórico
y la moderna Ciudad.
¿Les he dicho que amo los pinguinos?
Pues me fascinan los pingus, aquí el que me regaló mi Madre,
atento al regreso a casa.

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